Queman 3 mil hectáreas de área protegida

2024-04-25 13:37:10   600 Visitas


Michoacán.- Las bombas lanzadas por La Familia Michoacana a través de drones en la sierra de Guerrero han consumido más de 3 mil hectáreas de la Reserva de la Biosfera Sierra Tecuani, decretada como Área Natural Protegida apenas el 8 de enero pasado, de acuerdo con autoridades ejidales y datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).



Se trata de tres zonas en los ejidos El Durazno y San Antonio de las Texas, del municipio de Coyuca de Catalán, en donde los habitantes además de vivir bajo el acecho del crimen ahora exponen también su vida combatiendo el fuego.

Desde el viernes pasado drones de La Familia Michoacana lanzaron artefactos explosivos tanto en la zona forestal como cerca de las viviendas, incluso un ataque quemó la casa de un adulto mayor, quien tuvo que ser rescatado.

"Guerrero está en llamas y lo peor es que ya no es un ataque a la población, esto es terrorismo puro que está afectando los intereses de la nación, que son los bosques, que es la selva, la biodiversidad", señaló.

Las áreas afectadas en El Durazno, realizado por ingenieros forestales del municipio de Coyuca de Catalán, donde hasta el martes de esta semana se registraban dos áreas con fuego activo, una con afectaciones en mil 315.5 hectáreas y otra con daños en 825.19 hectáreas. Los ingenieros registraron otras 613.33 hectáreas dañadas el 28 de marzo pasado.


Además, la Conafor reportó un incendio activo que inició el lunes en San Antonio de las Texas, que hasta este miércoles había consumido 400 hectáreas de la Reserva de la Biosfera Sierra Tecuani. De acuerdo con medios locales, habitantes de esta comunidad denunciaron a inicios de semana que fueron atacados por drones de La Familia Michoacana.

El comisario Ignacio Chávez urgió a las autoridades de todos los niveles hacer un llamado a los grupos criminales para que no afecten las zonas forestales.

“Son montes enormes, árboles que tienen entre 35 o 40 metros de altura, de cientos de años de vida. Es lamentable, esto nunca había pasado”, comentó en entrevista telefónica.

“No sabemos si son los altos mandos de la delincuencia los que ordenan a sus miembros que hagan esto. Yo creo que los altos mandos han de tener cierta inteligencia y saben que el agua les hace falta a ellos y a sus propios intereses, y a la población que les está dando por medio de la extorsión el recurso; se les va a limitar el agua, a tal grado que van a cobrar por el agua que les dejamos nosotros escurrir”.




El comisario indicó que solamente un puñado de militares los han apoyado en mitigar parte de los incendios, así como a replegar a los integrantes de La Familia Michoacana.

“También podemos decirlo, un aproximado de 20 militares nos dieron un apoyo importantísimo. Ellos nos han apoyado en el sentido de la seguridad, ya asistieron al lugar en donde estaban tirando los drones y al menos los hicieron que se salieran, ya no volvieron a tirar más drones”, destacó. La comisaría Azucena Rosas explicó que los primeros drones fueron lanzados a unos 20 minutos de la comunidad.

“Tiraron varias bombas, más de doce bombas tiraron en El Durazno, y provocaron un incendio que hasta el momento no se ha podido controlar”, dijo.

Los habitantes de las comunidades afectadas piden el apoyo del gobierno federal y estatal para que envíen más elementos de seguridad y brigadistas que ayuden a extinguir las llamas.


"Requerimos para poder controlar el incendio de seguridad permanente que ya no le anden haciendo que por ratitos, seguridad permanente para que esto se conserve”, agregó Ignacio Chávez.

“Entonces no tenemos recursos, no tenemos y ahorita estamos agotados, estamos rebasados, totalmente rebasados con nuestra capacidad para seguir respondiendo a los incendios forestales".

Agregó que por ahora se han abocado a cavar zanjas cortafuegos para proteger las zonas más cercanas a las viviendas.

Desde hace más de un año, La Familia Michoacana  ha amedrentado a los habitantes de El Durazno. En diciembre de 2022, siete hombres fueron ejecutados dentro de la primaria del ejido, por haberse negado a trabajar para la organización.

“No pudieron apropiarse de la región, lloramos y gritamos”, recuerda el comisario Chávez.


Edición: Alondra Reazola Urías