Cómo sobreVIVIR la soltería

2022-08-18 09:36:18   1466 Visitas


Transitar de una vida pensada para vivirse en pareja a una en soltería, implica retos importantes: primero, porque la vida misma tiene una serie de desafíos en su recorrido, y segundo, porque estos desafíos se acentúan cuando la cultura dominante sigue privilegiando la idea de que el matrimonio “forever” y la familia nuclear “intacta” son los caminos de la “estabilidad y el éxito”.




Somos, inevitablemente, moldeados por el entorno en el que crecemos: familia, escuela, comunidad, sociedad, época histórica con sus consecuentes paradigmas en puerta, entre muchos otros aspectos. Sin embargo, hay que cuestionarse las propias creencias anquilosadas, de lo contrario, podrían repetirse los roles del “soltero tradicional”: triste, incompleto, y al servicio del trabajo o la familia porque no tiene una vida propia.


Superación de rompimientos amorosos

Muchas personas se integran a la soltería tras un divorcio, lo cual supone un desafío particular. No es lo mismo “ingresar” a este estilo de vida tras un quiebre amoroso elegido, que como consecuencia de la decisión de la pareja (cuesta entender que para formar una relación se necesita la decisión de dos personas, pero, para terminarla, basta que una no quiera continuar).

Quienes son arrojados a la soltería por una separación no deseada, además de la frustración y el resentimiento que les produce su estado, albergan sentimientos de enojo, de depresión y de angustia que tienen que superar. No obstante, necesitan trabajar la inseguridad personal que produce sentirse “dejado” para hallar las virtudes de su nuevo estado civil. Asimismo, aquellos que deciden terminar con la relación, deberán aprender a manejar la dosis de culpa que su decisión implica. Para ambas partes, es un camino que necesita repararse y cada uno debe sanarlo por su cuenta.

Ciclos de cambio

Para poder integrar una forma diferente de vida (fuera de la “norma” tradicional) hay que estar dispuesto al cambio, tener apertura a la movilidad y la capacidad de soltar. Esto no significa que la soltería implique una sucesión de experiencias banales y poco comprometidas, más bien es el aplomo de vivir con intensidad y responsabilidad la experiencia elegida y tener el coraje de saber dejar ir cuando el ciclo de lo vivido llegó a su punto final.

Aceptación de la incertidumbre

Si bien la incertidumbre es parte de la vida de cualquiera, quienes viven en una “pareja estable” creen transitar un trayecto bien definido y un futuro asegurado (¡cuántos no se dan un frentazo cuando descubren que “fíjate que siempre no”!). A los solteros, en cambio, si bien planean, desean, emprenden y logran, los vi- sita con más frecuencia la estimulante (e inquietante) pregunta: “¿cómo será mi vida a lo largo del tiempo?”.

En su diario acontecer experimentan más, esperan menos, planean hasta donde pueden el futuro, pero requieren aprender a tolerar una buena dosis de incertidumbre, y a aprender a vivir en paz en medio de la impermanencia.




Manejo de la soledad

La soledad tiene una pésima fama porque con frecuencia se la empata con la idea de aislamiento o desolación. El aislamiento (a diferencia de la soledad) es traumático: somos seres sociales que, de una u otra forma y con mayor o menor necesidad de convivencia, requerimos del intercambio con los otros, tanto para sobrevivir como para construirnos como personas. Es distinto estar solo y poder hacerlo (incluso disfrutarlo) contando con la posibilidad de interactuar, convivir, solicitar ayuda y dar cariño, a no tener a quién recurrir en caso de desear compañía o necesitarla.

Por otro lado, la desolación tiene que ver más con la interpretación que le damos al hecho de no tener pareja (y a veces hijos), desde la visión de la cultura dominante. Pero, independientemente de que decidamos estar con alguien, ser padres o no, aprender a vivir en soledad es tarea básica para cualquier ser humano. Es en la soledad donde nos relacionamos con nosotros mismos, donde construimos la autonomía necesaria para crecer y el espacio donde planeamos quienes queremos ser.

Construcción de redes sociales

Puede ser lastimoso y frustrante querer seguir encajando en antiguos grupos que se sostienen en estilos de vida que invisibilizan la vida en soltería, de ahí la necesidad de soltar espacios que restan más de lo que aportan, al tiempo de construir nuevos ambientes que respondan a la persona que son en su presente.

Sobra decir que un soltero ajeno al mundo virtual queda fuera de infinidad de intercambios y encuentros propios de la soltería: ¡los solteros están en las redes! Así que a navegar en ellas.


Incorporar el error

La libertad que tienen los solteros facilita el despliegue de vivencias que se construyen a base de “prueba y error”: experimentan más, se equivocan más, pero aprenden más. Sin embargo, aceptar los errores y continuar requiere de un trabajo de seguridad personal, de medir los riesgos, y de capacidad de recuperación.

Es reto especial de los solteros aprender a no vivir como fracaso los errores que, inevitablemente, se cometen en el camino.


Fuente: Tere Díaz.

Edición: Susana Ruiz

Grupo Radiza Chihuahua

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