Agentes golpean a migrantes

2024-03-21 10:05:13   716 Visitas


Juárez, Chih.- La situación se torna cada vez más tensa entre los agentes y los migrantes indocumentados que intentan cruzar la cerca de alambre de navajas para entrar a Estados Unidos. Durante la tarde de hoy, miembros de la Guardia Nacional de Texas agredieron a un grupo de migrantes que lograron internarse en territorio estadounidense después de pasar por la cerca mencionada, ubicada en el límite fronterizo.



Desde hace varios días, se ha observado la presencia de decenas de migrantes en los alrededores de la puerta 36, uno de los puntos más conflictivos en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso. Estos migrantes han instalado campamentos en el borde fronterizo, esperando obtener acceso por parte de la Guardia Nacional para solicitar asilo político en Estados Unidos.

En un recorrido realizado esta mañana por el lugar, se constató la presencia de familias migrantes, incluyendo hombres, mujeres y niños provenientes de diferentes lugares como Venezuela, Colombia y diversos estados de México. Se encontraban acampando con carpas improvisadas y realizando fogatas, a la espera de poder cruzar la frontera.


Sin embargo, la tensión aumentó durante la tarde cuando agentes de la Guardia Nacional de Texas comenzaron a agredir a migrantes que ya se encontraban en territorio estadounidense. Uno de los migrantes, que esperaba ser recogido por la Patrulla Fronteriza junto con otros, fue sometido y golpeado por hasta tres agentes texanos luego de una discusión verbal.



El migrante agredido, vestido con una sudadera negra y pantalones de mezclilla, fue atacado mientras estaba cerca del muro fronterizo. Este incidente provocó la reacción de otros migrantes en los campamentos, quienes intentaron derribar la cerca de alambre de navajas. La respuesta de los agentes de la Guardia Nacional fue agresiva, con insultos en inglés y español, desafiando a los migrantes a cruzar la frontera para iniciar una pelea.

A pesar de que los insultos se intensificaron, la situación comenzó a calmarse con el paso de los segundos.


Edición: Alondra Reazola Urías