Supera la Procrastinación

2024-04-13 08:06:19   885 Visitas


La procrastinación es un comportamiento común en el que muchas personas se involucran. Algunas más que otras. Si bien puede ser fácil caer en la trampa de posponer las cosas, por lo general nos deja frustrados y nos preguntamos por qué no comenzamos algo antes.



Si alguna vez te encuentras deseando poder dejar de procrastinar, no estás solo. Los datos sugieren que entre el 20% y el 25 % de los adultos se consideran a sí mismos procrastinadores crónicos, y muchos más ocasionalmente procrastinan en asuntos relacionados con el trabajo, los amigos y la salud.

Si bien es fácil caer en la trampa de retrasar las tareas, encontrar estrategias efectivas para combatir la procrastinación puede mejorar significativamente nuestra capacidad para hacer las cosas y alcanzar nuestras metas. En este artículo, exploraremos una variedad de consejos prácticos y técnicas que pueden ayudarnos a liberarnos del ciclo de procrastinación y tomar el control de nuestro tiempo y tareas.

¿Qué es la procrastinación?

La procrastinación es el acto de retrasar o posponer tareas o acciones que tenemos que hacer. Implica posponer intencionalmente las tareas que deben completarse, a menudo a favor de hacer actividades más placenteras o menos exigentes, a pesar de las posibles consecuencias negativas.

Por ejemplo, es posible que hayamos recibido un proyecto en el trabajo o la escuela con un plazo de una semana para completarlo. La procrastinación puede implicar el retraso del trabajo en el proyecto hasta la noche anterior a la fecha límite, lo que puede causar ansiedad, estrés y plazos incumplidos.

9 formas de dejar de procrastinar

Seamos un estudiante, un profesional que trabaja o simplemente alguien que busca aprovechar al máximo cada día, estos pasos prácticos pueden ubicarnos en el camino hacia un mayor enfoque y logro:


1. Reconocer el comportamiento

Es importante poder distinguir entre cuándo estás postergando y cuándo tu razón para no hacer algo es válida. Si te desvías constantemente de las mismas tareas o te cuentas la misma historia como razón para no trabajar en algo, puede ser una señal de que estás postergando las cosas.

2. Prioriza tus tareas

Tómate un tiempo para organizarte. ¿Qué hay que hacer y qué no? ¿Cuál es la tarea más importante? Trata de escribir una lista y crear alguna estructura. El simple hecho de crear una lista puede ser una forma efectiva de organizarse y priorizar tus tareas.

3. Recorta tu lista de tareas pendientes

Una vez que tengas una lista de tareas pendientes, revísala y elimina todo lo que no necesites hacer. Si lo haces, evitarás que te concentres en esas pequeñas tareas ineficientes a expensas de las importantes. También ayuda a que tu lista de cosas por hacer parezca menos abrumadora. Cuanto más puedas reducir la cantidad de decisiones que necesitas tomar, y la cantidad de tareas que se consideran esenciales, menos estresado te sentirás. Haz esto el día anterior para que estés listo para concentrarte y comenzar a la mañana siguiente.

‘Cómete la rana’

El término "comer la rana" se refiere a completar la tarea más difícil o estresante a primera hora. Al eliminar primero la tarea que te preocupa, ganas confianza, motivación e impulso para hacer todo lo demás, y el resto de las tareas se perciben más manejables en comparación.

5. Trabaja en ti mismo

Tómate un momento para analizarte y ver si puedes identificar la causa de tu procrastinación. ¿Es una tarea específica que necesita un poco de impulso adicional para comenzar? ¿O la procrastinación es algo que haces constantemente? Conocer tus factores desencadenantes puede ser muy útil porque te permite realizar cambios que ayudan a reducir la procrastinación. Por ejemplo, es probable que tu estrategia para reducir la procrastinación sea muy diferente si su causa es el aburrimiento o si se trata de miedo al fracaso.




6. Desarrolla buenos hábitos consistentes

Un hábito es algo que desarrollamos con el tiempo y puede ser difícil de romper. Sin embargo, es posible desarrollar nuevos hábitos saludables. Un ejemplo de un buen hábito es “comerse la rana”, como se describió anteriormente. Otro es tomar tiempo para una tarea y no permitirse hacer nada más durante ese tiempo. La técnica Pomodoro es excelente para esto y consiste en configurar un temporizador durante 25 minutos para trabajar en una tarea sin parar. Al final de los 25 minutos, te recompensas con un breve descanso.

7. Recompénsate a ti mismo

Al igual que la técnica Pomodoro, donde te recompensas con un descanso, puedes usar otras recompensas personales como motivación, como un descanso para tomar un refrigerio o una actividad. Esta es una gran manera de mantenerse en el buen camino.

8. Minimiza las distracciones

Asegúrate de limitar las distracciones cuando te comprometas a concentrarte en una tarea que normalmente te haría posponer las cosas. Apaga el teléfono, mantente alejado de las redes sociales y asegúrate de estar preparado para mantenerte concentrado en la tarea en lugar de desviarte a algo nuevo.

9. Sé amable contigo mismo

La procrastinación es común y regañarte por ello rara vez es útil. En lugar de concentrarte en los sentimientos de frustración, sé amable contigo mismo y concéntrate en tomar medidas para comenzar. En algunos casos, la procrastinación puede ser un signo de algo más profundo, por lo que es importante verificar por ti mismo si la procrastinación se está convirtiendo en un problema continuo.

¿Por qué procrastinamos?

Por lo general, las tareas que posponemos son las que nos resultan más difíciles, desagradables o aburridas, y las postergamos incluso si son las responsabilidades más importantes del día. Algunas razones comunes para la procrastinación incluyen:


Evitar los malos sentimientos: los seres humanos estamos programados para evitar las cosas que nos hacen sentir mal. Freud desarrolló el principio dolor-placer, con la hipótesis de que los humanos están motivados para moverse hacia el placer y alejarse del dolor. Este modelo mostró que los humanos tienden a hacer cosas que nos brindan una gratificación instantánea en lugar de las cosas que encontramos difíciles, abrumadoras o dolorosas.

Agobio: A veces, las tareas son tan agobiantes que es más fácil posponerlas. Evitar tareas que se sienten demasiado pesadas puede ser una característica de las personas con depresión, TOC, ansiedad y TDAH, pero no siempre es así. Sentirse agobiado por las tareas también puede estar relacionado con el perfeccionismo, la impotencia, la falta de energía y tratar de hacer demasiadas cosas a la vez.

Falta de interés: A veces, posponemos las cosas porque la tarea simplemente no nos interesa. Es fácil evitar hacer algo que es aburrido o parece inútil. También es una señal reveladora de que es hora de hacer algunos cambios.

Miedo al fracaso: A menudo evitamos tareas importantes porque tememos cometer errores. Si somos perfeccionistas por naturaleza, el miedo a fallar puede ser particularmente abrumador y puede empujarnos a evitar la tarea por completo.

Curiosamente, el miedo al éxito puede provocar la misma respuesta.

Malos hábitos: A veces, la procrastinación se desarrolla a partir de malos hábitos practicados y reforzados con el tiempo. A menudo se deriva de una necesidad de más disciplina. Se necesita compromiso y dedicación para priorizar la tarea más difícil o incómoda.

Los efectos de la procrastinación

La procrastinación puede tener un efecto perjudicial en la productividad si es un tema habitual. A menudo, la tarea que hace que una persona posponga las cosas es la tarea que realmente debe hacerse. Posponerla puede significar que otros trabajos se resienten.

La procrastinación puede aumentar los sentimientos de culpa y ansiedad. También puede conducir a otros problemas, como baja autoestima, estrés, insomnio y rendimiento reducido en otras tareas. Si esto continúa por largos períodos de tiempo, puede afectar las posibilidades de desarrollo profesional, el salario y las perspectivas laborales.


Fuente: LHH

Edición: Gilberto Macías