
Matamoros, Tamaulipas.- Una comisión conformada por funcionarios de la Semarnat, Profepa, Secretaría de Marina y otras dependencias federales, estatales y municipales realizó un recorrido por la frontera entre Tamaulipas y Texas para recabar evidencia del impacto ambiental generado por restos de basura espacial de SpaceX.

La diligencia se concentró en la playa Bagdad y en la margen mexicana del Río Bravo, donde se recolectaron residuos del cohete Starship 9, lanzado en mayo, y de la nave Starship 36, que explotó el 18 de junio.
Durante el monitoreo, se recolectaron más de 150 kilos de restos espaciales, entre ellos un tubo de acero inoxidable de aproximadamente 25 kilos que habría impactado y partido un mezquite.
Además, se entregó una tonelada de residuos recolectados por voluntarios, entre ellos 13 tanques del sistema de enfriamiento del cohete, así como fragmentos de caucho, aluminio, plásticos y adhesivos industriales.
Estos restos representan un riesgo para la fauna, especialmente para las tortugas lora durante su temporada de anidación.

El recorrido de inspección incluyó el análisis de cinco puntos críticos de acumulación de basura espacial a lo largo de la costa y el delta del Río Bravo.
Los científicos tomaron muestras de arena, agua de mar, suelo y vegetación para determinar el posible impacto en el ecosistema marino y fluvial. Las autoridades continúan con la elaboración de dictámenes técnicos para determinar la magnitud de los daños.
Elías Ibarra, presidente de Conibio Global, destacó la coordinación inédita entre instituciones mexicanas para atender un tema que no solo representa un riesgo ambiental, sino también de seguridad nacional.