
Colombia.- Fue sacudida por dos ataques violentos que dejaron al menos 18 muertos y pusieron en el foco al Estado Mayor Central (EMC), disidencia de las FARC.
El primer ataque ocurrió en Amalfi, Antioquia, cuando un helicóptero de la policía antinarcóticos fue impactado, dejando 12 policías muertos y cuatro heridos. Horas después, en Cali, un camión bomba explotó cerca de la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez, causando seis muertes y 71 heridos, todos civiles. La explosión también dejó una gran destrucción en la zona y permitió la detención de un sospechoso vinculado al EMC.

El presidente Gustavo Petro señaló al EMC como responsable y anunció que declarará a este grupo y a otras disidencias de las FARC, así como al Clan del Golfo, como organizaciones terroristas. Petro calificó los ataques como actos de terrorismo y guerra, sujetos a investigación por la Corte Penal Internacional, y estudia declarar estado de conmoción interior ante el deterioro de la seguridad.
Sectores políticos y expresidentes como Iván Duque y Juan Manuel Santos exigieron acciones contundentes y apoyo a las fuerzas armadas. El gobierno ofreció recompensas por información que permita prevenir nuevos atentados y no descarta medidas excepcionales.

Los ataques se produjeron mientras avanzaban conversaciones de paz con el Clan del Golfo para la desmovilización de más de 13 mil hombres. Organismos internacionales, incluyendo la ONU y la Cruz Roja, condenaron los atentados y alertaron sobre el agravamiento de la crisis humanitaria en Colombia, la más grave desde el acuerdo de paz de 2016.