
.Editorial ADC Chihuahua.
* ¿QUIÉN CRUCIFICÓ AL JUSTO?
LA VIDA del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, tenía para el crimen organizado un precio de 150 mil pesos; esa fue la cantidad que les pagaron a los tres sicarios que, por lo menos, se hicieron visibles en el atentado donde lo asesinaron.
Un crimen que ha cimbrado al país, por el carisma y la valentía del malogrado alcalde que enfrentó al crimen organizado y al propio régimen de Morena, tanto en su estado como a nivel federal.
Manzo, para la región de Michoacán, era el alcalde que realmente alzaba la voz en defensa del pueblo, no como aquellos que, desde el régimen, se sirven del pueblo.
Estaba incluso en condiciones de perfilarse como candidato presidencial en 2030; era, como le decían, el “Bukele de Uruapan”, aunque ahora muchos lo comparan con Luis Donaldo Colosio, el candidato presidencial asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha salido —por donde siempre— con su discurso de culpar a la derecha, a los conservadores y a los concesionarios de la radio y la televisión de lo ocurrido, y hasta de lo que vendrá.
Una respuesta difícil de creer, pero no hay que olvidar que le habla a los suyos, a quienes aún creen que Morena es lo mejor y que quienes no lo creen son lo peor. Triste deducción.
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, asegura que la autoría intelectual y física corresponde a un grupo del crimen organizado, lo que podría ser cierto. Desgraciadamente, eso sería lo mejor… en comparación con un crimen de Estado.
El problema es que, en esa región, muchos consideran que él mismo fue el asesino intelectual.
Entonces, como reflexión final, ¿con cuál versión se queda el lector? ¿Crimen de Estado, crimen organizado o asesinato perpetrado por la derecha conservadora? ¿Quién crucificó al justo?
* 4T LOCAL CULPA A FELIPE POR MUERTE DE MANZO
POR CIERTO, si hay que agregar más adjudicaciones a este cobarde asesinato, en lo local surge la postura del presidente estatal del Consejo de Morena y regidor capitalino, Hugo González.
El regidor asegura que el culpable de la muerte del alcalde de Uruapan fue Felipe Calderón, por haber declarado la guerra a los grupos delictivos y por haber militarizado al país.
No hay forma de defender semejante argumento cuando el adoctrinamiento manda y sólo se repite lo que se escucha desde la Cuarta Transformación. No hay razonamiento sólido, sólo reflejos ideológicos.
Culpan al pasado, culpan a los demás, y así nos la llevamos; el pueblo olvida y mañana surgirá una nueva ocurrencia o más acusaciones, mientras tanto se sigue protegiendo a personajes acusados de corrupción.
La militarización del país, hay que decirlo con claridad, corresponde al expresidente López Obrador y a Claudia Sheinbaum. Es innegable.
Hablar de Felipe Calderón es retroceder dieciséis o diecisiete años, cuando los últimos siete años y meses le pertenecen a Morena.
* ALCALDES SE PROTEGEN
LUEGO del crimen del alcalde Carlos Manzo, en el estado de Chihuahua no se ha solicitado, por parte de los presidentes municipales, protección adicional, aunque más de una decena —que realmente la necesitan— prefieren no hacerlo público.
Actualmente, solo la alcaldesa de Guadalupe y Calvo, Laura González, cuenta con escolta de al menos seis elementos de la Guardia Nacional, seguramente por su cercanía y filiación con el partido en el poder, Morena.
En contraste, los alcaldes de Ciudad Juárez, Cruz Pérez Cuéllar, y de la capital del estado, Marco Bonilla Mendoza, han señalado que no requieren seguridad adicional pese a los recientes hechos de violencia.
Sin embargo, es evidente que los municipios con mayor población y recursos económicos pueden disponer sin dificultad de escoltas o personal de resguardo, mientras que los ediles de los municipios pequeños y serranos permanecen en una situación de casi total vulnerabilidad frente al crimen organizado.