
.Editorial ADC Chihuahua.
• CORRAL APLICA LA CORRALEJA
Con las notables influencias que tiene el exgobernador del estado, Javier Corral Jurado, con personajes de la Cuarta Transformación, es muy probable que pronto sea “purificado” y deje de ser un prófugo de la justicia de Chihuahua.
El juez federal Roberto Alcoverde, aparentemente sin facultades, atrajo el caso Corral a petición de la Fiscalía General de la República, sin que ni una ni otra instancia tengan competencia, al tratarse de un delito del fuero común.
Es, a todas luces, un acto ilegal e ilegítimo, como dijo el propio Corral Jurado cuando la Federación atrajo el caso de Alejandro Gutiérrez, “La Coneja”, detenido por la triangulación de 250 millones de pesos destinados a campañas políticas en varios estados.
Ahí está la clave y la diferencia de los casos. Corral decía entonces que se protegía a un delincuente, y ahora sigue el mismo caminito. Aunque el caso de “La Coneja” fue una triangulación interestatal, no así el de Corral Jurado.
Por lo tanto, estamos ante un escenario de protección y, muy seguramente, acabará en otro caso de impunidad, bajo el cobijo de la Cuarta Transformación.
El fiscal anticorrupción señaló que el expediente —o los expedientes— no será entregado a la Fiscalía General de la República, donde existen suficientes elementos probatorios que originaron la orden de aprehensión que, gracias a la protección “divina y de color guinda”, evitó que el exmandatario esté en la cárcel.
Desde Chihuahua se ha dicho que no se entregarán, pero también podría incurrirse en desacato. Interponer algún recurso de apelación, hay que admitirlo, resulta muy complicado bajo un Poder Judicial controlado por el régimen, en donde las decisiones son más políticas que jurídicas; más de consigna que de Estado de derecho.
Corral se paseó por donde quiso, entre restaurantes y bares, pero la Fiscalía Anticorrupción llegó tarde, o simplemente no quiso llegar a tiempo, y ahora ahí están las consecuencias.
• BLINDAN PALACIO NACIONAL
LA MARCHA de la Generación Z, programada para el 15 de noviembre en la Ciudad de México, provocó un blindaje de hierro en Palacio Nacional.
Ni en los años más críticos del PRI o del PAN se había visto semejante cierre con láminas metálicas de tres metros de altura, soldadas entre sí.
Una manifestación contra la corrupción, por la libertad y la democracia es la demanda central de los jóvenes de la Generación Z, quienes insisten en mantener su lucha por la vía pacífica, tal como se establece en la convocatoria.
Desde la mañanera se ha descalificado esta marcha, pero sin más argumentos que los de siempre: “los conservadores, la derecha y los medios de comunicación”.
La pregunta, por lo tanto, es: ¿Dónde está el gobierno democrático y humanista que se presume? ¿En qué quedamos? ¿Dónde quedó el “gobierno del pueblo” que se niega y se esconde para no escuchar al pueblo?
• MORENA Y LA CENSURA A LA IGLESIA
YA QUE HABLAMOS de censuras, hay que señalar que ahora el régimen va contra los sacerdotes de la Iglesia católica, pues viene una iniciativa de Morena con ese propósito.
Resulta que al partido en el poder le incomoda que los curas hablen en sus homilías sobre los graves problemas sociales que aquejan al país.
La iniciativa morenista —prospere o no— incluye incluso el uso de redes sociales por parte del clero, donde la censura oficial pretende llegar.
La jerarquía católica sabe que esto ha ocurrido en países socialistas y populistas como Venezuela y Nicaragua, donde esta persecución ha costado la libertad y hasta la vida de sacerdotes.
Grave, muy grave y delicado que algo así se opere en México, más aún cuando la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha utilizado en campaña la imagen de la Virgen María.
Entonces, la pregunta es obligada: ¿somos un régimen laico o un régimen ateo? Ahí está el dilema para la censura morenista en ciernes.