México.- La histórica nadadora mexicana, finalista en los Juegos Olímpicos de México 1968 en las pruebas de 400 metros combinado y 800 metros individual, y participante también en Múnich 1972, se alejó del alto rendimiento durante varios años. Sin embargo, su historia dio un giro inesperado cuando descubrió en la categoría máster la oportunidad de volver al agua con un propósito renovado.
"Empecé a nadar a los cinco años porque mi papá quería que aprendiéramos simplemente por seguridad y me di cuenta que tenía cualidades. Mi infancia estuvo marcada por los entrenamientos, en esos tiempos no se usaban goggles y lloraba con los ojos irritados mientras hacía la tarea”, menciona Vaca en entrevista con Excélsior.
El 26 de octubre de 1968 pasó a la final. Laura Vaca cierra los ojos y aún recuerda el día que cumplió su sueño. En esa época, México era marcado por las protestas estudiantiles hacia el gobierno.
"En aquellos juegos del 68 tenía 15 años, la presión de estar en México y hacer un buen papel. No querían que nos afectara lo que pasaba con las protestas, no era el momento para verlo, no queríamos ignorarlo, pero tampoco queríamos perder el objetivo. Ese día me levanté muy tranquila, quería dar mi mejor esfuerzo y quedar en una buena posición. Uno de mis mayores motivadores fue el profesor Nelson Vargas”, añadió. La razón del retiro a sus 19 años fue “sentirse vieja”. Sí, a esa edad.
En ese tiempo uno ya se sentía viejo para seguir, no existe el hubiera, pero de haber sabido me hubiera aventado otro ciclo olímpico”.
TRAS SU REGRESO A LA NATACIÓN, HOY VIVE LA ETAPA MÁS PROLÍFICA DE SU CARRERA
Laura Vaca hizo su vida. Se casó y tuvo hijos. Pasaron más de 20 años. Lo que inició como un regreso modesto se convirtió en la etapa más prolífica de su carrera. Desde hace 28 años compite en la división máster, donde no solo ha representado nuevamente a México, sino que ha brillado con una fuerza que sorprende incluso a quienes la admiraban en su juventud.
UNA ENORME COSECHA DE MEDALLAS Y VARIOS RÉCORDS MUNDIALES
Ha participado en 13 Campeonatos Mundiales de natación, en los que ha conquistado 34 medallas de oro, 18 de plata y 13 de bronce, además de imponer múltiples récords mundiales que reafirman su vigencia.
Laura Vaca es un ejemplo de constancia y reinvención. Su trayectoria demuestra que la edad no es un límite, y que el verdadero éxito puede llegar cuando uno se atreve a comenzar de nuevo.
"Seguiré nadando hasta que mi cuerpo pueda, no me importa la edad, es sólo un número”.