
Estados Unidos.- México y Estados Unidos acordaron integrarse a un programa conjunto de cooperación en seguridad fronteriza con el objetivo de frenar el tráfico de armas y fortalecer las acciones contra el crimen organizado.
El acuerdo se abordó durante la segunda reunión del Grupo de Implementación en Seguridad México–Estados Unidos, celebrada el pasado 11 de diciembre, donde representantes de ambos países dialogaron sobre las estrategias que se pondrán en marcha en materia de seguridad.
Durante el encuentro, las delegaciones coincidieron en la necesidad de reforzar la seguridad y el bienestar de la población en ambos lados de la frontera. Entre las prioridades se encuentra la adopción de medidas contra instituciones financieras y personas que colaboren en la fabricación, distribución y comercialización de fentanilo y sus precursores químicos.

Autoridades estadounidenses informaron que ambas naciones se comprometieron a intensificar los esfuerzos conjuntos para desarticular organizaciones criminales, interrumpir sus fuentes de financiamiento ilícito y enfrentar nuevas amenazas emergentes. Asimismo, destacaron que el combate al tráfico ilegal de fentanilo, responsable de miles de muertes cada año en Estados Unidos, es uno de los ejes centrales de esta cooperación.
Durante la reunión, en la que participaron Roberto Velasco, encargado de despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y Ronald Johnson, embajador de Estados Unidos, se analizaron diversos retos relacionados con la seguridad regional y global.
El Departamento de Estado estadounidense manifestó su disposición para fortalecer el intercambio de inteligencia y vincular plataformas de análisis con el fin de prevenir y responder a posibles ataques con drones en la zona fronteriza. Además, ambos países acordaron agilizar la colaboración en temas de extradición, decomiso de bienes e investigaciones relacionadas con el robo de combustible.
Se informó que la siguiente reunión del Grupo de Implementación en Seguridad se llevará a cabo en enero de 2026.

En un contexto paralelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva mediante la cual declaró al fentanilo como un “arma de destrucción masiva”, como parte de su estrategia antidrogas. Esta medida forma parte de una política más amplia que incluye operaciones contra el narcotráfico y la designación de cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras.